En la medida que los padres se hagan conscientes de sus heridas, las identifiquen, las acepten y las sanen, en esa misma medida permiten que sus hijos construyan su propia historia más fácilmente, que tengan un buen viaje por esa aventura llamada infancia.

En esta época hay mayor abandono no solo por el incremento de familias de padres separados, también por razones laborales que impiden que los padres dispongan del tiempo necesario, pero mas que eso por la ausencia emocional, aunque físicamente se comparta un espacio con los hijos, muchos padres no han logrado gestionar sus necesidades emocionales y es ahí donde inconscientemente repiten en sus hijos sus heridas.

Para aprender a ser padres se necesitan varias cosas, una es ser hijos conscientes, otra es ser adultos y como adultos, ser capaces de conectar con nuestra infancia, comprender que si en nuestra vida hay cualquier tipo de conflicto es allí donde debemos buscar.

Desde la concepción y durante los primeros años de vida surgen las heridas de rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia, desde ese momento donde se estructura la personalidad se elige inconscientemente ser alguien que huye, o que depende, que permite que le maltraten o maltratar a otros, o que controla, o ser rígido y perfeccionista, y cualquiera de estas opciones, motivados por el miedo a sentir el dolor… este tema requiere de profundizar por lo que invito a arriesgarse a este viaje de autoconocimiento, les aseguro que es enriquecedor

Hemos de aprovechar todo lo que nos pasa en la vida, no podemos ignorar lo que nos da la oportunidad para evolucionar, aprender a leer en los espejos que son todas las relaciones familiares, laborales, sociales, como están nuestras heridas de infancia, que podamos dar a ese niñ@ interior lo que aun necesita y así lleguemos a ver a nuestros padres sin esa etiqueta de padres, como seres humanos que no podían dar lo que no tenían, que en su niñez ni siquiera existía el concepto de educación emocional…

Nunca es tarde para tener una infancia feliz, identifica, sana, permítele a tu niñ@ interior ser y disfruta la oportunidad de sacarlo a jugar con tus hijos.

POR YASMIN NAVAS RIVERA

ORIENTADORA FAMILIAR, TALLERISTA Y TERAPEUTA

amarmeyserfeliz@gmail.com